Retrato de un niño con una corona de espinas sobre su cabeza, obra de la pintora holandesa Katinka Lampe.
"El cristianismo ha perdido su tradición", apuntó Lampe a Efe, quien asegura que admira los iconos, las pinturas y las historias de la religión católica a nivel estético, pero que no significan nada para ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario