Torralva se vale del retrato para expresarse. Vinculada al fotoperiodismo, destacan su serie de retratos de mujeres escritoras realizados a finales de los 90. Su trabajo refleja una insistente inclinación hacia el mundo femenino, que se convierte en uno de sus temas recurrentes a traves de retratos individuales de personajes femeninos de todas las épocas.
En esta ocasión utiliza la simbología de Santa Agueda, con un retrato realizado en su estudio, limpio, sin escenografía, con contrastes de luz del blanco y el negro.
Según la tradición, Santa Águeda, virgen y mártir, fue una joven siciliana de una familia distinguida y de singular belleza que vivió en el siglo III. El senador Quintianus intento poseerla aprovechando las persecuciones que el emperador Decio realizó contra los cristianos. El senador fue rechazado por la joven, que ya se había comprometido con Jesucristo. Quintianus intentó con ayuda de una mala mujer, Afrodisia, convencer a la joven Águeda, pero esta no cedió.
El Senador en venganza por no conseguir sus placeres ordenó que torturaran a la joven y que le cortarán los senos. La respuesta de la Santa fue
"Cruel tirano, ¿no te da vergüenza torturar a una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?"